A DIARIO
TRIGOS acariciados de mi pluma,
semilla esparcida en un canto
que interroga a las corolas de lo ignoto.
Futuro abierto en un pétalo que huye,
palabra del mañana que se oculta entre las hojas
y se pierde en mis cuadernos.
Guardar las letras esparcidas en mi mesa,
buscarlas al silencioso rumor de la luna
y darles el beso de «las nuevas noches»
todos los días y a diario.
Del amor y del amigo, nostalgias.
Rocío Oviedo y Pérez de Tudela