LEYENDAS COMPLUTENSES_AVENTURAS ALCALAÍNAS DE DON FRANCISCO DE QUEVEDO (ALCALÁ DE HENARES)

(c) English Heritage, The Wellington Collection, Apsley House; Supplied by The Public Catalogue Foundation

[:es]

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

http://slroute.com/2018/05/16/60414/%5B:en%5D

The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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Приключения Дона Франсиско де Кеведо в Алкале

Озвучивание: Светлана Хусаинова

Дон Франсиско де Кеведо (Don Francisco de Quevedo) поступил в Университет Алкалы (Universidad de Alcalá) в 1596 году и учился четыре года в Колехио дель Рей (Colegio del Rey). Его пребывание в городе было «возбуждённое, полное рисков и приключений; он был вовлечён в драки, скандалы, любовные приключения и вызовы, из которых всегда тем или иным способом ускользал более-менее невредимым».

Однажды, Дона Франсиско заинтересовала одна дама, за которой долгое время ухаживал один из его товарищей. Как можо себе представить, вызов закончился дуэлью, на которой его соперник Дон Диего Каррильйо (don Diego Carrillo) был смертельно ранен. Кеведо удрал при приближении правосудия. Из-за изъяна на ногах, он понимал, что его быстро схватят, тогда он решил схитрить: «после того, как он пересёк ворота Сантьяго (la puerta de Santiago), он сошёл на сторону, упал на землю и начал кричать, будто какой-то студент наступил ему на ногу. Гвардия не обратила внимания и продолжила свой путь».

В другой раз, он находился с товарищами в Колехио Майор (el Colegio Mayor), которые планировали пойти в город, чтобы выпить. Все согласились и решили спуститься в корзине, что висела на фасаде. Первым был Кеведо. Когда он находился на полпути, его товарищи решили привязать верёвку и оставить его висеть под открытым небом. Он висел там долгое время, пока проходящий сторож университета не спросил его: «Кто там?». Студент со свойственным ему мастерством, ответил: «Я — Кеведо, что ни поднимается, ни спускается, ни сидит на месте».

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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Les aventures de Francisco de Quevedo à Alcalá

Francisco de Quevedo s’est inscrit à l’Université d’Alcala en 1596 et il a étudié pendant quatre ans au Colegio del Rey (Lycée du Roi). Son séjour à Alcala a été « frénétique, hasardeux et plein d’aventures, bagarres, disputes et défis. Cependant, d’une façon ou d’autre, il réussissait toujours à s’échapper plus ou moins indemne».

Un jour Francisco a commencé à s’intéresser par une femme, la même qu’un de ses amis essayait de courtiser depuis longtemps. Comme vous l’imaginez, ce bagarre a fini avec un duel où son rival, Monsieur Diego Carrillo, a été mortellement blessé. Au moment où la justice le suivait, il a repris sa fuite. Cependant, il serait arrêté très tôt à cause de son déformation de pieds. C’est pour cela qu’il a tramé un plan : « lorsqu’il est passé par la porte de Santiago, il s’est jeté au sol et il a commencé à faire des hurlements comme si un étudiant avait marché sur son pied. La police n’a pas fait attention à lui et ils ont continué leur poursuite ».

Un autre jour, il était dans la résidence universitaire avec ses camarades et ils ont décidé d’aller à la ville pour prendre un verre. Comme tous étaient d’accord avec cette proposition, ils ont décidé de descendre dans un panier qui pendait de la façade, Quevedo a été le premier à descendre. Lorsqu’il était en train de descendre, ses amis l’ ont laissé suspendu à la corde toute la nuit. Il y est resté pendant longtemps jusqu’au moment où le gardien de l’université est passé a son côté et a crié : Qui est là? et l’étudiant avec esprit et humeur a répondu : « soy Quevedo, ni sube, ni baja, ni se está quedo ».

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

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Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

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Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

http://slroute.com/2018/05/16/60414/%5B:pl%5D

The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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The Adventures of Mr. Francisco de Quevedo in Alcalá

Francisco de Quevedo registered at the University of Alcalá in 1596 and he studied for four years at the Colegio del Rey (King’s College). His stay was ‘hectic, eventful and adventurous, getting involved in fights, quarrels, affairs and challenges, from which, one way or another, he always managed to slip away more or less unhurt.

Once, Quevedo was interested in a lady, to whom one of his friends had been trying to woo for a while. As we can imagine, the incident ended in a duel, from which his rival, Mr. Diego Carrillo, was fatally wounded. By the time the justice arrived, Quevedo had already escaped.

However, due to the deformity that he had on his feet, he realized that they were going to catch him soon, so he plotted a plan. When he crossed the door of Santiago, he swerved and begun shrieking because, supposedly, a student had treaded on his foot. The guards did not pay attention to him and continued running.

On another occasion, he was with some residence hall colleagues. They were planning to go to the town center for some drinks. Having agreed with the proposal, all of them were getting ready to go down in a basket, which was hanging in the building’s facade. Quevedo was the first one. When he was halfway, his partners decided to cut the rope and letting him hanging outside. He stayed there for a long time until the university guard turned up and asked “who’s there?”, and the student, with his characteristic wit, answered: soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo (I am Quevedo, I do not go up, neither I go down, nor I stay).

Aventuras alcalaínas de don Francisco de Quevedo 

Audio español-Colombia: Mary Luz Valderrama

Don Francisco de Quevedo se matriculó en la Universidad de Alcalá en 1596 y estudió durante cuatro años en el Colegio del Rey. Su permanencia en Alcalá fue “agitada, azarosa y aventurera, viéndose envuelto en peleas, pendencias, líos amorosos y desafíos, de los que siempre, de una u otra manera, lograba escabullirse más o menos ileso.”

En una ocasión, don Francisco se interesó en una dama, a la que intentaba cortejar desde hacía tiempo uno de sus compañeros. Como cabría suponer, el lance acabó en un duelo del que salió mortalmente herido su rival, don Diego Carrillo. Al acercarse la justicia, Quevedo emprendió la huida. Debido a la deformación que tenía en los pies, vio que pronto le atraparían; entonces urdió una treta: “al traspasar la puerta de Santiago se echó a un lado, arrojándose al suelo y comenzó a dar alaridos, por un supuesto pisotón que un estudiante la había dado. Los corchetes no le prestaron atención y continuaron su carrera.”

Otra vez, se encontraba con sus compañeros en el Colegio Mayor y éstos planearon bajar a la ciudad a tomar unos tragos. De acuerdo todos en la propuesta, se dispusieron a bajar en un cesto que descolgaban por la fachada, Quevedo el primero. Cuando se encontraba a mitad de camino, sus compañeros decidieron atar la cuerda y dejarle colgado a la intemperie. Allí permaneció largo rato hasta que pasó la guardia de la Universidad y preguntó aquello de -¿quién va?- y el estudiante, con el peculiar ingenio que le caracterizaba, respondió: «Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni se está quedo»

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